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viernes, 29 de marzo de 2013

A LA DERIVA


Aquí estoy, en una balsa mecida por el tranquilo oleaje del océano. Por supuesto, no voy a lamentar en absoluto las razones por las que, en mi existencia, he llegado a este estado. Digamos que ha sido así, y punto.

Llevo viajando, aunque más bien debería de decir a la deriva, innumerables días, quizás incluso hasta años. Junto a mí, siempre cerca, tengo una caja; un cofre, podríamos decir. Nunca lo abro hasta que se pone el sol por miedo a dañar lo que hay dentro. Me es muy preciado y, por supuesto, lo que contiene no es mío, si no de otros.

Olvidad que soy un pirata, por favor. Eso está muy trillado; la idea clásica de que el pirata sobrevive a un motín y hunde el barco con su tripulación para escapar en una balsa con su oro no me pega en absoluto; pero sí que es cierto que dentro de mi pequeño cofre,  hay un tesoro inimaginable que me convierte en el ser más rico del mundo.

Por supuesto, ni que decir tiene que la posesión de tan inigualable riqueza me ha convertido en alguien taciturno, alejado siempre de los demás y muy, muy celoso de su valija. Soy alguien que se toma lo suyo muy en serio.


Y, como decía antes, aquí estoy; esperando a nada, comiendo tiempo sin quitarle el ojo a mi cofre. A veces doy paseos (cortos, claro; no penséis que mi balsa es del tamaño de una avenida) alrededor de mi improvisada embarcación e incluso he llegado a mantener largas conversaciones conmigo mismo acerca de multiplicidad de temas. Algunas veces hasta pesco por entretenimiento, no por necesidad; otras veces incluso me baño. No tengo miedo de los escualos ni nada parecido. Solo que no me alejo demasiado y procuro nadar igual que paseo en mi balsa: Alrededor de ella.

¿He dicho ya que mi cofre es muy valioso? Probablemente a estas alturas muchos de vosotros os preguntéis cómo hago para sobrevivir en tan deplorable estado; tal vez incluso unos pocos os lo hayáis imaginado ya. Es de la manera siguiente, mis queridos Sherlock: Dentro de mi cofre está lo que, podríamos decir, me da la vida. Por desgracia, no es una vida como físicamente o, vamos a decir científicamente, se conoce.

Estoy mucho más allá de esas nimias apreciaciones de la vida en la cual naces, te alimentas, bebes, creces, te reproduces y mueres. Incluso contando episodios realmente emocionantes de la vida de otros, os aseguro que mi “vida” es mucho más plena que el más dichoso de vosotros.

Y en el cofre está la respuesta.

Os dije que lo que tengo aquí no es mío, pero es necesario para mí; tan necesario como el comer para el hombre. Se trata de un tesoro de mucho valor; se trata de todas y cada una de las almas que he ido recogiendo a lo largo y ancho de los océanos; se trata de mi verdadero sustento, de mi verdadera esencia.

En tierra me llamáis en muchas ocasiones el Segador. En la laguna Estigia me llamabais Caronte. Pero aquí en la infinidad del mar, que es vuestro amigo y enemigo a la vez, vuestro sueño y vuestra pesadilla, no tengo nombre. Tan solo soy un náufrago a la deriva en busca de vuestras propias almas cuando, gracias a los hados, ocurre un hecho trágico. Allí estoy yo, sin que podáis huir, para recogeros y llevaros a… pero un momento, parece que se acerca un barco; vaya, vaya… ¡es enorme!

Apuesto lo que queráis a que ese cascarón no lo hunde ni Dios. Acerquémonos algo más para maravillarnos ante él. Bueno, bueno. Un buen navío, sin duda. Supongo que esto es lo que se debe de conocer como transatlántico; y, desde luego su nombre hace honor a su magnitud.

Fijaos: Se llama TITANIC…

17 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Jejejeje... Y bien que le debió de aprovechar... Gracias por pasarte por aquí y aportar tu granito de arena. ¡Un saludo!

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  2. Justo cuando me lo estaba imaginando con un parche en el ojo aparece la guadaña...
    ¿Alguien más ha oído ese "chachachachán" al leer la palabra TITANIC? :P

    ¡Sigue así!

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    1. Pues, aunque parezca mentira, casi los tres comentarios que me hicieron al texto de pleno o no lo habían entendido muy bien o les parecía que el tono no era muy adecuado, llegando a sugerirme que podría hacerlo en clave de comedia... Me desilusioné bastante, pero no con los comentarios, sino con el texto, porque tal vez no me había expresado bien... Le di unos pequeños retoques siguiendo algún consejo y lo que acabas de leer es el resultado que, por otra parte, me alegra un montón que te haya gustado. Y sí; creo que yo también he oído las fanfarrias esas... :D

      ¡Gracias por pasarte!¡Nos vemos!

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  3. Pues no sé como sería el que enviaste pero este me ha encantado. Fina ironía sí señor. Me has sorprendido al meter a la muerte y dejarla vagando por el mar tan ricamente, después aparece el Titanic justo cuando nos iba a decir a dónde lleva las almas. ¿Dónde las lleva? ¿Dónde?

    Me cachis, me voy a quedar sin saberlo. :(

    Un abrazo, nos leemos. ;)

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    1. Pues este fue el que envié al taller. La idea me vino casi al instante de leer las pautas a seguir y, sorprendentemente en mi, que soy de los que dejo este tipo de cosas para cuando faltan un par de días de plazo, lo mandé casi al día siguiente. Cuando leí las críticas no tan favorables, pensé que tal vez estaría mal y que necesitaría de algún retoque y, quitando dos o tres cosas que he modificado, el texto es tal cual el original.

      Siento también no poder decirte donde se lleva las almas; no tengo linea directa con esa señora de la guadaña. Yo también me quedaré a dos velas...:( Jejeje

      Cuídate mucho, un abrazo muy grande y, efectivamente, nos leemos :D

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  4. Usas muy bien ese recurso de guiar al lector, sin que el pobre sepa mucho, poco a poco, hacia el desenlace del relato. Va cogiendo pequeñas migajas, haces que se fije en detalles, y así, haces con él lo que quieres. El giro final es sorprendente... el Titanic... precisamente preparo un relato sobre él... pero no sé cuándo saldrá, todo a su tiempo... Felicidades, Pedro! Yo no cambiaría nada y lo dejaría tal cual. Es muy bueno!

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    1. ¡Buenas Elena!

      Se me olvidó decirte que, a pesar de que hace unos días que vi colgado tu relato del taller en el blog, no quise ni verlo hasta esperar a que saliera publicitado en literautas... Manías absurdas que tiene uno... En cuanto al mío, ya poco más se puede decir; son cuatro comentarios aquí en el blog que les ha parecido bien el escrito, así que supongo que mal, mal, tampoco es que estuviera. Ya, a estas alturas, debes de saber que me gustan los finales con algún elemento sorpresivo y que, para llegar a eso, hay que trabajar sobre todo en enganchar al lector desde la primera línea. En eso se basa casi todo lo que escribo. De todas maneras, es grato ver como, poco a poco, vamos conociéndonos en nuestra forma de escribir y, por supuesto, en la manera tan positiva de compartir relatos y de hacer críticas y comentarios constructivos. Que dure...

      ¡Un abrazo y mil gracias por tu visita!

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  5. Pues si me hubiese tocado a mí tener que comentar tu relato, me las habría visto y deseado para encontrar algo "a mejorar". Lo encuentro magnífico; y no le cambiaría ni una coma. Enhorabuena Pedro!!
    Estoy de acuerdo con lo que ha dicho Elena: llevas al lector por donde quieres, en todo momento. Y me ha gustado mucho también el tono que utiliza el narrador, dando desde el inicio una sensación de superioridad muy acorde con la identidad del personaje, incluso cuando explica las situaciones más cotidianas.
    Un saludo. Nos leemos!!

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    1. ¡Buenas noches y bienvenida!
      Es un placer ver por aquí a compañeros de Literautas y, quieras que no, siempre refuerzan el hecho de escribir más y, como no, de ver también lo que van publicando.
      Con respecto al relato del taller, poco más que decir; acepto de muy buena gana tanto las buenas criticas como las que no son tan buenas, porque todo es mejorable y, en nuestro caso, más aún, pues no dejamos de ser escritores noveles.
      Muchísimas gracias por pasarte; por supuesto, pienso devolverte el favor y leer todo lo que sea tuyo y que caiga en mis "redes" ;)

      ¡Un saludo muy grande y recuerda que puedes pasarte cuantas veces gustes!

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  6. Poco más te puedo decir salvo que suscribo todo lo que han dicho los compañeros . El tono, el final, la personificación, esa forma de enganchar con el misterio del cofre. Sin más... enhorabuena. ^.^

    ¡Un abrazo!

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    1. Al final me vais a hacer explotar la cabeza de lo colorado que me puedo llegar a poner... muchas gracias por tu comentario y por pasarte por aquí y tomarte la molestia de dejar tu granico de arena. No me imaginaba realmente que, tras los comentarios que recibí en Literautas, me iba a encontrar con otros en cierta medida más positivos.

      ¡Abrazooooos!

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  7. Hola!! Lindo cuento y lindo blog. ¡Felitaciones!

    Yo tmb subo mis escritos del taller a mi blog, junto con otras notas de literatura, humor y cultura general.

    Te invito a que mires el último que escribí, generalmente son pequeñas historias de suspenso con finales sorprendentes:


    http://viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2013/04/almas-que-se-pierden-cuento.html

    Curiosamente, lo vas a encontrar relacionable...
    También, podés seguirme en:

    https://www.facebook.com/sivoriluciano


    Saludos!!

    Luciano

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    1. ¡Buenas Luciano!
      Efectivamente, es más semejante de lo que me había imaginado sobre todo por el tema del que trata. Aún así, da gusto ver como compañeros del taller se estrujan los sesos para conseguir sacar un relato decente y, por qué no, sonreír cuando se lee uno parecido a otro, como ha sido este caso.

      ¡Un saludo y por supuesto que me pasaré por tu blog!

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  8. ¡Ay, este cuentecito se me había pasado por completo!
    Me gusta MUCHO. Transfiere una sensación de calma y de soledad que son muy agradables. Me he imaginado muy bien la escena, está muy bien descrita. Y la idea de la muerte, recogiendo almas en su balsa, en un eterno vagar por los océanos, es digna de todo un autor del romanticismo.
    En serio, muy bonita.
    Y el final, vaya, satírico, me gusta, me gusta.

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    1. ¡Ay, Carme! Tu también sabes como sacarme los colores... autor del romanticismo... ojalá fuera así...

      No estoy del todo seguro, pero es el último texto que mandé a Literautas; tengo que ponerme de nuevo con ello, porque los tengo muy abandonados... y fue precisamente esa página la que me hizo retomar de nuevo las riendas de la escritura, así que tengo una especie de deuda con ella...

      Gracias por los halagos que le dedicas al relato, no merece menos. Por supuesto, me encanta de que te haya gustado.

      ¡Un abrazo muy fuerte!

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  9. Me pasé por este blog, por casualidad, pero creo que me voy a quedar para seguir tus historias, ésta me ha encantado. Un saludo.

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